Defendemos la diferencia
tanto como nuestros derechos

Un pueblo
llamado FEDAR

Hemos construido un espacio en la granja Fedar, donde es posible soñar mundos mejores, más humanos, más fraternales, más justos, pero ante todo, un mundo donde todos descubrimos nuestras habilidades y destrezas, las cultivamos y las proyectamos con la fuerza de quien ha decidido conquistar el universo, venciendo barreras y aportando a la familia, la sociedad y al país, desde su compromiso como ciudadano, ciudadana y como ser humano en uso de sus derechos constitucionales.

Es así como en la granja se funda un pueblo llamado Fedar, un pueblo donde es posible aprender cantando, donde la búsqueda y apropiación del conocimiento están en la construcción de una era que se llena de plantas, colores, aromas y texturas. Aquí está la cosecha de los granos maduros que nos regala el cafetal, el espacio donde el movimiento se conquista detrás de una gallina que es correteada por muchachos para llevarla al gallinero. La palabra que se hace presente en montajes teatrales que cuentan historias sencillas que hablan de amor, libertad, amistad y un montón de sentimientos anidados en el corazón. En este pueblo las matemáticas se aprenden contando huevos, sumando kilos de café o seleccionando semillas; y los trazos de un pincel se convierten en un arcoíris de felicidad que ilumina el rostro de artistas que nos regalan sus pinturas.

Este es el único pueblo donde cambiarse de casa no tiene costo alguno, donde el trasteo de un barrio a otro solo convoca a meter en el corazón, los recuerdos. Este es un pueblo donde se viaja ligero de equipaje, porque lo esencial se lleva en la piel y lo fundamental en el corazón. Quien llega por primera vez al pueblo Fedar, tiene la posibilidad de visitar todas las casas y decidir dónde y con quién quiere pasar sus días. Quien ya ha estado en el pueblo Fedar en otro barrio, simplemente toma sus pertenecías y como quien va a conquistar un nuevo amor, va de visita, se deja enamorar y enamora a quienes hacen parte de esta nueva casa, que lo seduce y lo invita a sumarse.

El pueblo Fedar está conformado por tres barrios, cada uno de ellos con un número importante de casas, para brindar abrigo a las ciudadanas y los ciudadanos que cada mañana se dan cita para iniciar un nuevo día.

BARRIO DE LOS PEQUEÑOS

Es ese sitio mágico, donde los niños y niñas se dan cita para darle rienda suelta al juego, ese juego que genera libertad y convoca a descubrir los cofres llenos de tesoros que hay en el interior de cada uno, que invita a crecer y a conquistar espacios, y que produce asombro e incita a la investigación. El barrio de los pequeños cuenta con tres casas, donde adultos amorosos y comprometidos con la filosofía de Fedar, acompañan el caminar de cada persona y de cada habitante, desde distintas disciplinas. En este espacio, profesionales en Psicología, Fonoaudiología, Fisioterapia, Nutrición y Pedagogía, han abandonado la bata blanca, han cerrado los consultorios y se han vestido de fiesta para crecer junto a los habitantes de cada barrio.

BARRIO DE LOS ADOLESCENTES

Este lugar está conformado por tres casas, cada una habitada por muchachos y niñas maravillosos, cargados de sueños, música y bailes, que invitan a quien llegue al barrio, a unirse en aventuras, historias de amistad, amor y fantasía. En el barrio de los adolescentes se aprende a crecer, se descubre que los sueños se anidan en el corazón y se construyen las herramientas para iniciar el camino de un proyecto de vida digno. En el barrio de los adolescentes se conquista la palabra escrita y la lectura como una nueva manera de comunicarse con el mundo. Sus habitantes son dueños de la tierra y las artes; la tierra es como un enorme cuaderno abierto y las artes, como un ventilador gigante que invita a volar y a hacer realidad los sueños.

BARRIO DE LOS ARTESANOS

Hemos llegado a ese sitio, donde las musas viven acompañadas y seduciendo a los habitantes del pueblo Fedar. Hemos llegado a un lugar donde las casas son amplias y generosas, con muchas entradas y muchas salidas, donde el aire nunca falta y la luz entra por donde las paredes se agachan para hacer posible la claridad. Son casas construidas, diseñadas y dotadas de los elementos que necesita la imaginación y la creatividad para dar vida a objetos, obras que muestran cómo es posible diseñar la libertad, la felicidad y conquistar la autonomía. Cinco casas constituyen, principalmente, el barrio de los artesanos: La casa de la pintura, también llamada la casa de Johana, donde los trazos marcan el papel, dejando huellas que hablan de conquistas; la casa de la cerámica, donde un trozo de barro se trasforma en una lámpara multicolor o en un espejo construido con cenefas de cerámica que cuentan una historia; la casa del papel reciclado, un espacio donde el papel desechado tiene una segunda oportunidad para encantar a los habitantes del planeta; la casa de la música, donde vive el sonido de la flauta, la tambora, la marimba, la guitarra y los timbales, interpretado por esas almas sonoras de los artistas que la habitan; la casa del teatro, donde una corbata vieja se viste para la fiesta y una lágrima se prepara para rodar por una mejilla. Nada es igual en este barrio, todo es único e irrepetible, donde vuelven una y otra vez la felicidad y las ganas de agotar cada día para encontrarse con la noche, como una opción de descansar, porque el nuevo día será maravilloso.

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Popayán - Cauca
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Cra. 4 # 0 - 82
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Granja FEDAR - Vereda Calibio
La Hormiga - Putumayo
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